lunes, 16 de julio de 2012

Pedazos

Finalmente a nadie le importa. Esto es el imperio de a nadie le importa. Ni los ciegos ni los pordioseros ni los ancianos sin fuerzas. Tuvimos que cerrar los ojos y después, aprendimos a limpiarnos el campo visual de impurezas.
Lo único que nos queda es hacernos experimentos cotidianos para la esperanza: abrazar con cariño, agradecer los amaneceres, mirar los prístinos ojos de los animales, empeñarse en el alcance de lo bien hecho, hacer hincapié en los privadísimos rituales de nuestra pequeñez.
A mí todavía me queda el llanto. Sigo llorosa. Quisiera pensar que es la lluvia, pero mis buenas intenciones para explicar las cosas no han tomado la delantera. Entonces me tengo que poner a escribir aunque mis textos no tengan principio ni forma ni fin. Sólo para saber que sigo. Endeble, pero sigo. Sólo para ponerme por escrito y acomodarme. Aunque sea gramaticalmente. Aunque sea.
Que la magia suceda.
Por favor.

1 comentario:

  1. Te imagino camuflajeada entre tus letras, como haría tu reptil con el paisaje. Hay quienes inevitablemente nos tenemos que verter en palabras.
    Un gusto regresar a leerte.

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