domingo, 23 de enero de 2011

De minotauros y otros laberintos

Respiro. Tengo que inhalar y exhalar una y otra vez. Me disperso. Tengo que voltear constantemente. Abro los brazos. Cierro los ojos. Me dispongo a entrar porque está más oscuro que nunca y tengo que permanecer a salvo. Supongo que estoy listo porque sonrío. No sé lo que sigue. No metí las certezas en el equipaje porque me pesan. Sólo traigo mi historia. Con eso basta y hasta sobra. Con todo eso vuelvo a entrar. No he olvidado el cordón de salvación por si necesito regresar. Uno nunca sabe.
Me llamo Teseo y voy por mi enemigo; porque donde está mi tesoro, está mi corazón.

jueves, 13 de enero de 2011

Los ojos cerrados del súper héroe

Cuando despertó, seguía lamentando no haber tenido la fuerza suficiente para matarlo. Los puños no le habían alcanzado y la rabia no le bastó a pesar de todos los golpes. Él que se preciaba de tener los nudillos implacables, apenas y lo había tocado. Se prometió que la próxima ocasión le volaría la cabeza o lo tiraría de un precipicio; lo atravesaría con una estaca o le llenaría la cama de serpientes. Pero no, siempre que se lo encontraba en sus sueños su padre seguía tratando de explicarlo todo, y él, invariablemente, volvía a quedarse sordo de tanto rencor.

lunes, 10 de enero de 2011

Enramada

Me está saliendo musgo de tanta humedad y cuando vienes haces de mi cuerpo un bosque. Me crecen coníferas en toda la piel, me salen flores de las manos. Hojas por todos lados. Me creces como enredaderas por todos los brazos y todas las piernas. Me multiplico; abro todos los ojos que tengo y te miro desde todos los lugares posibles. Entre la corteza de mis árboles están escritas todas las palabras que no digo. Y de día vuelvo a ser yo, transitando el mundo de un lado a otro, pero me percato de que se me quedaron nadando unos peces del último río.

jueves, 6 de enero de 2011

De los rincones inhabitables

Este es un jardín. Los arbustos están exquisitamente delineados. Simétrico desde el principio hasta el fin. El verde es uniforme y todas las plagas han sido controladas con las respectivas normas sanitarias. La flora está separada por especies y todas tienen un nombre vulgar y otro científico. La temperatura siempre se mantiene en los límites de lo pertinente...

Cerró el libro y huyó porque entonces no tendría un rincón para esconderse a gusto. Los monstruos mayores también tienen sus miedos y algunos, como este, se podían mudar de historia en caso de verse en riesgo de perder la peligrosidad. En un sitio así nadie lo iba a extrañar, y además, no había lugar para la sangre.

miércoles, 5 de enero de 2011

Pequeños horrores (VII)


Vieras que sí te quiero. De cualquier manera no importa: entre tu ceguera y los muñones de mi cariño, da igual.