miércoles, 8 de enero de 2014

Suspendida

Yo me despierto. Al menos eso creo pero también siento que hay un pantano debajo de mis pies.
Tal vez por eso me cuesta tanto abrir los ojos por la mañana.
Siempre me pasa así las primeras veces.
No sé por qué.
Quisiera pensar que mañana será otro día pero lo cierto es que este es el único del que puedo dar testimonio.
Y yo que me preciaba de tener todo acomodado en su lugar.
Y yo que me preciaba de ser precavida.
Yo que decía que el abismo a mí nunca me iba a jalar.
Yo aquí, convertida en el precipicio.