jueves, 14 de junio de 2012

Señales

Desde la última vez que estuviste aquí, traigo caminando tus pasos conmigo.
Si cierro los ojos, si pongo atención, puedo escuchar tu nombre en los recovecos del destino.
Si algún día pierdes el camino, ven aquí. Tengo grabadas tus huellas en la piel.

miércoles, 13 de junio de 2012

El mago de los vagones

Ya es de noche y venimos callados. Ha llovido y pareciera que todos estamos empapados de cansancio. Así se vive el metro en las noches; cuando está más sucio, cuando todos regresan después de haber sobrevivido a la ciudad sin más escudos que la promesa de volver a casa.
Y así, derrotados unos, vencedores otros, veníamos juntos sin decir nada. Entonces sucedió: se subió el mago. Ese mago que yo ya había visto antes y que aparece y desaparece cosas de las manos.
Hizo esos trucos que ya le había visto hacer; sin embargo, de lo que no me había percatado era de la magia. El mago hizo magia. Basta con ver que todos los que miramos volvemos a asomarnos con un poco de bondad. La sonrisa ante la sorpresa es inevitable.
El mago es pobre y de la nada pareciera devolvérnoslo todo. Nos sabemos afortunados porque no se subió nadie a gritar nada o a perturbarnos con sus monstruosas bocinas... Se subió un mago; nuestro mago. El que sin decir palabra nos regresa sanos y salvos a la calle, al pavimento, a la ciudad.
El sustento de la noche se lo gana a pulso porque todos queremos darle un poco de lo que en el día nadie nos dio y él sólo dice "Gracias". Se va y volvemos a quedarnos solos pero, ahora, un poco más inocentes.