viernes, 10 de septiembre de 2010

El reptil de las páginas

Creo que a fuerza de lidiar con los límites de la imposibilidad me están saliendo escamas. Mis ojos atraviesan el tiempo. Estoy aquí y allá. Soporto sin dolor lo inconcebible. También me pasa que han cambiado mis periodos de humedad. En mi cama, las sábanas de musgo me mantienen a temperatura ambiente. En mi sótano, la falta de luz me mantiene despierto.
No recuerdo el nombre de nadie pero conozco todos los detalles históricos de las grietas en cada piel.
Mezquino y sagrado. Lineal y rebuscado. Omnipotente y vulnerable.
Me estoy convirtiendo en no sé qué. No me reconozco, me intuyo.
Me inventaré un nombre. Me construiré un castillo. Y cuando esté a punto de caer, me echaré a volar. Incendiaré reinos enteros con el fuego de mi boca, y cuando me canse, me iré a cuidar la virginidad de una princesa. Nunca me comeré a los valientes. Para que se vayan no hace falta mucho, sólo decirles la verdad.

1 comentario:

  1. "Nunca me comeré a los valientes. Para que se vayan no hace falta mucho, sólo decirles la verdad". ¡Qué frase! Fuerte, irónica, devastadora. Gracias por este minicuento.

    Angélica

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