Corrí. Corrí lo más fuerte que pude. Como no fue suficiente, me puse a gritar. Siempre hasta el último aliento. Todos los días. Como eso no fue suficiente, me puse a dar vueltas de carro. Levanté montañas, cociné galletas de chocolate, mordí las nubes, me comí la luna. Nada. Entonces me metí al agua y me convertí en arañita de agua dulce. Nadar es como volar en un luminoso cuadro de Dalí. Uno sale escurriendo felicidad. La sonrisa se adhiere al rostro (ahora entiendo qué es eso de la ósmosis).
Nadé. Nadé lo más fuerte que pude. Como no fue suficiente, me puse a bailar. Siempre hasta el último aliento...
No te comas la luna que la luna soy yo, mejor sigue nadando, lo más rápido que puedas.
ResponderEliminarAsí me siento yo también, "como en un luminoso cuadro de Dalí" y también "salgo escurriendo felicidad".
Me encanta estar aquí. Gracias.
me pudo encantar
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