lunes, 10 de enero de 2011
Enramada
Me está saliendo musgo de tanta humedad y cuando vienes haces de mi cuerpo un bosque. Me crecen coníferas en toda la piel, me salen flores de las manos. Hojas por todos lados. Me creces como enredaderas por todos los brazos y todas las piernas. Me multiplico; abro todos los ojos que tengo y te miro desde todos los lugares posibles. Entre la corteza de mis árboles están escritas todas las palabras que no digo. Y de día vuelvo a ser yo, transitando el mundo de un lado a otro, pero me percato de que se me quedaron nadando unos peces del último río.
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Wooow, me encantó. Auuuuuuuuu. Señorita musgo y conífera. Beso.
ResponderEliminarUn privilegio tener una visita tan distinguida como usté por acá. Gracias Angélica. Gracias en verdad.
ResponderEliminarMe gusta mucho esta, dice mucho. sigue escribiendo tan padre. beso.
ResponderEliminarme haces soñar, gracias, bosque, selva, ecosistema, flores, frutos, flora, libertad salvaje... mmm
ResponderEliminary que gusto que dejaste de ser cristal para ser enredadera.
Gracias. Que sus ojos recorran estas letras es para mí más importante de lo que imaginan.
ResponderEliminarMi segundo anónimo... si logré tanto como dices, esta noche dormiré con la tranquilidad de haber hecho la buena obra del día.
Cuando gusten, aquí estará este rincón en el que voy amontonando las palabras.